jueves, 10 de marzo de 2016

¿Ha dejado España de ser católica?

Los datos son tozudos y dejan en evidencia a la ofensiva laicista de la izquierda encabezada por Podemos y PSOE. Durante los últimos meses se está intentando borrar cualquier elemento católico en la esfera pública bajo el pretexto de que ya no hay cristianos. Pero la realidad es muy diferente.


Javier Lozano -  09/03/2016


Manuel Azaña ya dijo en 1931 que España ya no era católica, lo mismo que afirman ahora desde Podemos

“España ha dejado de ser católica”. La frase pronunciada en el Congreso el 13 de octubre de 1931 por el entonces ministro de Guerra, Manuel Azaña, se ha convertido en un mantra de la extrema izquierda actual representada en Podemos, IU y una parte del PSOE.

En Castilla-La Mancha, PSOE y Podemos aprobarán en las Cortes una proposición que exige poner fin a los acuerdos del Estado con el Vaticano por lo que eliminará la asistencia religiosa en los hospitales públicos para más tarde hacer lo mismo con los colegios religiosos. Y esta actitud laicista la barnizan con el argumento de que España ya no es católica.

Este era sólo uno de los últimos ejemplos pero hay muchos más. Desde quitar todos los elementos religiosos en los ayuntamientos hasta eliminar los nombres y el trasfondo religioso de fiestas como la Navidad, la Semana Santa y otras más locales como las de San Fermín o el Pilar.

La nueva izquierda que está tomando el poder en España no tiene intención de conocer la realidad española sino que obviando deliberadamente que el país ya es aconfensional pretende imponer una dictadura laicista. Y para justificar sus ataques no dudan en utilizar una y otra vez la malograda frase de Azaña.

De izquierda a derecha, el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez; el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias; el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, y la vicepresidenta del Gobierno y candidata por Madrid al Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría/ EFE

De izquierda a derecha, el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez; el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias; el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, y la vicepresidenta del Gobierno y candidata por Madrid al Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría/ EFE

Sin embargo, ni en 1931 España dejó de ser católica ni en 2016 lo ha dejado de ser como pretende la izquierda. Por mucho que Iglesias, Garzón o Sánchez quieran eliminar la cabalgata de Reyes o las procesiones los ciudadanos ya han dejado claro que quieren mantener intactas sus tradiciones.

Según el Centro de Investigaciones Sociológicas, el 71,8% de los españoles se declara católico y más de 8 millones acuden normalmente a la iglesia

Entonces, ¿España ha dejado de ser católica, si o no? Los datos dicen que no. Aunque el proceso de secularización ha afectado al país al igual que al resto de Europa y del mundo occidental, la realidad es muy distinta a como la pinta Podemos y cia.

Según el barómetro del CIS publicado en enero de este 2016, el 71,8% de la población española se define católica, un dato que se ha mantenido estable en los últimos años. Este porcentaje se traduce en que más de 31,5 millones de españoles son católicos, una cifra mucho mayor que por ejemplo el número total de personas que votaron en las pasadas elecciones, cuando acudieron a las urnas 25 millones.


Desglosando aún más los datos que refutan a los laicistas se observa que según el Centro de Investigaciones Sociológicas 8,2 millones de españoles acuden con frecuencia a la iglesia, al menos alguna vez al mes. Extrapolando las cifras, los católicos que acuden a actos religiosos son más que el número de votantes que tuvo la principal fuerza política el 20D, que se quedó en los 7,2 millones.

De esos más de 8 millones, 5,3 acuden a la iglesia una o más veces a la semana, número que supera, por ejemplo, los votos que obtuvo el PSOE.

El 74,2% de los alumnos de Primaria, el 67,5% de infantil, el 61,8 de los de ESO y el 52,1 de los de Bachillerato elige libremente cursar la asignatura de Religión Católica

Esta cantidad de población católica se traduce en otras cifras que muestran la honda presencia del catolicismo en España y sobre todo, en los españoles. Un termómetro de la catolicidad del país se puede observar en el número de alumnos que voluntariamente eligen cursar la asignatura de Religión Católica.

Según datos de 2015, el 67,5% de los alumnos de Infantil cursan la asignatura. El porcentaje crece en Primaria donde representan el 74,2%. La cifra disminuye en la ESO hasta el 61,8, y el 52,1 en Bachillerato. La conclusión es que la mayoría de los estudiantes españoles sigue yendo a la clase de Religión que la izquierda quiere eliminar haciendo caso omiso a la alta demanda que tiene entre padres y alumnos.

Multitudinaria procesión en la Semana Santa de Cuenca

Multitudinaria procesión en la Semana Santa de Cuenca

En España, la educación es viable en parte gracias a la ayuda de la Iglesia. Según informa la Conferencia Episcopal, existen 2.601 centros educativos católicos, de los que 2453 eran concertados. Y es que casi 1,5 millones de alumnos se forman en estos centros, ahorrando al estado casi 3.000 millones de euros.

Por otro lado, Podemos pretende adueñarse de la voz de los jóvenes. Según la izquierda, la juventud es suya y da por muerta a la Iglesia en esta franja de edad. Pero también aquí se equivoca. Hay menos católicos pero con una fe más firme.

La pastoral juvenil y los distintos movimientos que han surgido en el seno de la Iglesia durante las últimas décadas han movilizado a decenas de miles de jóvenes que han revitalizado el catolicismo español.

La Jornada Mundial de la Juventud de Madrid mostró el rostro joven de la Iglesia, mucho más numerosa de lo que los laicistas esperaban. Pero cuando esta cita se ha producido en el extranjero también se ha podido observar la vitalidad de los católicos españoles.

El Papa Benedicto XVI, entre una multitud de jóvenes durante la JMJ de Madrid en 2011

El Papa Benedicto XVI, entre una multitud de jóvenes durante la JMJ de Madrid en 2011

En 2013, más de 6.000 españoles acudieron al encuentro con el Papa en Rio de Janeiro (Brasil). Una movilización mucho mayor, por ejemplo, que la de los aficionados españoles que acudieron al Mundial de fútbol de Sudáfrica, siendo este deporte nacional.

Este verano decenas de miles de jóvenes españoles viajarán hasta Polonia para participar en la Jornada Mundial de la Juventud con el Papa

En 2005, más de 50.000 españoles fueron a la JMJ de Colonia (Alemania), casi 10.000 a la de Sídney (Australia) en 2008 y para este verano se espera que varias decenas de miles de jóvenes de nuestro país recorrerán los más de 2.000 kilómetros que separan España de Cracovia (Polonia), ciudad elegida para el próximo encuentro de jóvenes con el Papa. Cifras difícilmente igualables por cualquier colectivo.

Además, durante los últimos años se ha producido un repunte vocacional entre los católicos españoles. La Iglesia no ha muerto, tal y como proclaman los laicistas. El curso pasado, más de 1.300 jóvenes se formaban en los seminarios españoles. Pero el dato más positivo es que se producía un incremento del 2,7% con respecto al año anterior. Y la tendencia es al alza.

España no ha dejado de ser católica. Sus gentes siguen impregnadas de la milenaria tradición católica, su cultura canta a los cuatro vientos su herencia religiosa. Sus obras de arte, iglesias o catedrales muestran una historia que Podemos no podrá borrar sin más.