La rueda de prensa ha servido para aclarar algunos equívocos y definir el sentido de la propuesta presentada en el mes de julio a la ministra Isabel Celaá.
Por Antonio Roura Javier el Oct 23, 2020
En la rueda de prensa celebrada este viernes 23 de octubre, tanto el secretario general de los obispos, Luis Argüello, como el presidente de la Comisión Episcopal de Educación y Cultura, Alfonso Carrasco han dado más información sobre la propuesta presentada el pasado mes de julio en la reunión que mantuvieron con la ministra Isabel Celaá.
En línea con la invitación del papa Francisco de construir acuerdos sólidos en la sociedad que permitan priorizar un modelo educativo que ponga a la persona en el centro y en sintonía con la propuesta de los organismos internaciones, UNESCO, OCDE, Consejo de Europa, Luis Argüello ha subrayado la importancia de una concreción española de esa invitación abierta a toda la humanidad.
Para hacer efectivo ese Pacto en el aquí y ahora de la educación en España “nos parece necesario que exista en el sistema educativo un área educativa referente a valores morales y creencias, a toda esta dimensión de humanidad que se articule luego en asignaturas”, expresó Carrasco Rouco . “Desearíamos que tanto PP, PSOE como otros partidos políticos de nuestro país pudieran abrir caminos de consenso”.
No se trata de una propuesta cerrada por parte de la Comisión sino de abrir un espacio de diálogo en el que diseñar un área en el que se propicie el desarrollo de las capacidades de los alumnos a través del estudio de contenidos mínimos, compartidos y comunes pero que habrían de garantizar, para evitar el sesgo ideológico partidista de los sucesivos gobiernos, que se impartan respetando el derecho de los padres a elegir la educación religiosa y moral que quieren para sus hijos. La convivencia y la construcción del bien común exige el conocimiento y el respeto de las convicciones de los otros y la libertad de profundizar en las propias raíces culturales y morales.
Ya que “la ley prevé la existencia de ámbitos y áreas”, comentó Argüello, parece oportuno integrar la educación moral en un área única que después se traduciría en diferentes cursos y asignaturas. No habría un “único formato universal”, sino que, se abrían vías confesionales y no confesionales para impartirlo.
Alfonso Carrasco, a preguntas de los periodistas, negó la posibilidad de que desaparezca como tal la asignatura de Religión Católica: “No pensamos diluir la asignatura dentro de otra de valores genéricos, creemos que hay que reconocer la entidad concreta”. Aun así, el obispo de Lugo insistió que “no hemos hecho una propuesta articulada sobre todo este horizonte de competencias”. “No hemos presentado una propuesta de una asignatura concreta ni cosa que se le parezca”, aclaró sobre lo que califica como “una propuesta muy sencilla y no muy elaborada”.
De la misma manera, apreció que el planteamiento lanzado “no excluye una asignatura de valores cívicos”, así como “una vía para quienes se consideran no creyentes en nada”. Eso sí, Carrasco Rouco puntualizó que “no sería razonable” enseñar unos valores “determinados por el poder que en ese momento esté en el Gobierno”.
Lo que no puede ser, subrayó Argüello en una pregunta a la actual propuesta de la LOMLOE es que la asignatura de religión se quede relegada en “una especie de gueto” o se presente como “un favor que hay que hacer porque así lo recogen los acuerdos Iglesia-Estado”.
Aunque hasta el momento no se ha dado una respuesta formal desde Moncloa, Carrasco Rouco desveló que a través de algún “diálogo informal” han recibido “algún eco” en el que “apreciaban positivamente la propuesta”. Es importante que se encuentre en la ley la posibilidad de abrir este camino” puesto que estamos en el plazo de enmiendas en el Congreso” en torno a la reforma educativa y el tiempo apremia.
Luis Argüello expresó su deseo de que “la visita del presidente del Gobierno al Papa pudiera ser una buena oportunidad para acoger la llamada al Pacto Educativo Global que seguramente le hará”.